Iniciamos el 2023 con una perspectiva económica diametralmente opuesta a lo que fue al menos en los dos años anteriores; y es que contamos con una moneda que se ha venido fortaleciendo frente al dólar, una inflación relativamente estable, recuperación y crecimiento de la economía después de la crisis sanitaria, y un fortalecimiento de las relaciones comerciales con Estados Unidos y Canada, a través del T-MEC.
Este último aspecto, ha dado paso al famoso Nearshoring, el cual en su traducción al español significa “deslocalización cercana” y se refiere a la práctica de trasladar una o varias operaciones comerciales del país de origen a uno cercano. Sería pues lo opuesto a la práctica llamada “offshoring”, la cual se basa en buscar proveedores de servicios en territorios lejanos con el objetivo de reducir costos de operación y durante muchos años Asia ha sido el país que más se utilizaba para este modelo.
Hemos venido observando, como desde principios de año se ha hablado de inversiones que llegan al país, plantas que se quieren instalar en territorio mexicano, expansión de operaciones, etc.; y esto debido a que México es un país privilegiado, tanto por el tema de ubicación a nivel global, como por la mano de obra y el bono de juventud.
De acuerdo con los datos del Inegi, más del 57% de las personas tienen menos de 34 años en México, lo que afirma que México es un país predominantemente joven y esta característica es sumamente importante para el mundo laboral; ya que indica que el país tiene un gran potencial de generar grandes talentos enfocados en las industrias que más se requieren en la situación económico laboral actual.
El nearshoring, nos dará la oportunidad, no solo de incrementar el número de inversiones extranjeras, generar un mayor número de oportunidades laborales y delinear una estrategia educativa acorde a las nuevas tendencias laborales y tecnológicas; aprovechando el bono juvenil que tenemos y con ello potenciar el crecimiento y el profesionalismo del talento mexicano.
Lo que las empresas buscan con el uso del nearshoring es básicamente mejorar y reducir costos en su logística de producción, la cual se vio sumamente afectada por la pandemia de Covid-19; generando problemas con las cadenas de suministro. En ese sentido, México ha ganado una gran relevancia, no solo porque es vecino del país con el mayor consumo a nivel global, sino porque puede convertirse en el eslabón que una América del Norte, con el resto del mundo.
Es por ello que, tanto gobierno, instituciones educativas y el empresariado; debemos colaborar en armonía y aprovechar el boom que se dará durante este año. Por una parte, el gobierno debe de trabajar en crear las condiciones necesarias para que el país, fuera de lo ya comentado con anterioridad, sea atractivo tanto fiscal como legalmente. Las instituciones de educación, deberían de ajustar su oferta educativa a la nueva realidad global, pensando no solo en el ahora, sino haciendo una proyección de las habilidades y conocimientos que se requerirán en los próximos 20 años.
Finalmente, las empresas debemos trabajar en la atracción de esas oportunidades de negocio que se darán principalmente desde Estados Unidos, preparar a nuestros equipos con planes de upsklling y reskilling, que incremente el potencial no solo de la organización, sino de las personas que trabajan en ellas. De esta forma, podremos hacer realidad todo lo que se está hablando y esperando de este nuevo modelo de negocio, llamado nearshoring.
La parte más importante de esta oportunidad que se viene para el país, desde mi perspectiva, es que los tres jugadores principales salgamos fortalecidos; gobierno, sociedad y empresas. Es decir, que esto nos ayude a generar mejores condiciones de vida para toda la sociedad, mayores oportunidades laborales y un mayor crecimiento, tanto de la economía como del bienestar general de la población. Esto lo podremos lograr si actuamos juntos y enfocados en el mismo objetivo.