¿Qué es el “piso pegajoso”? Estas 3 cosas deben pasar para que las mujeres escapen de este fenómeno.

Es una realidad que en el ámbito laboral y de desarrollo profesional, aún existen brechas y desigualdades de género que han dado lugar a fenómenos a los cuales se les han asignado ciertos nombres.
Tal es el caso del “techo de cristal”, que se refiere a aquel techo que en apariencia no existe en las empresas, pero que en realidad está presente, casi invisible, pero que impide a las mujeres acceder a cargos directivos y/o ejecutivos.

A este término se le suma el del “piso pegajoso”, un concepto que fue introducido por primera vez en 1992 por la doctora en Sociología Catherine Berheide.


Éste se refiere a la precariedad de las ocupaciones que más se les asignan a las mujeres y las grandes dificultades que tienen para salir de ellas, acceder a otras posiciones y conseguir mejores condiciones laborales.

El “piso pegajoso” en el día a día

Las estadísticas a nivel global muestran que las mujeres trabajadoras son las que están contratadas bajo la informalidad, en los sectores con peores condiciones, ya sea con jornadas reducidas o empleos temporales, y por supuesto, tienen las remuneraciones más bajas.


Esto podemos constatarlo en nuestro día a día. Todo comienza desde el momento en el que las mujeres son las que asumen mayores responsabilidades en su vida personal y privada. Se calcula que dedican aproximadamente cuatro horas y 25 minutos al día a tareas del hogar o de cuidado no remuneradas, mientras que los hombres dedican una hora y 23 minutos a estas mismas actividades.

Por otro lado, son las mujeres las que con mayor frecuencia asumen la crianza de los hijos e hijas, su cuidado y educación. Sin importar que cuenten con una pareja, en muchas ocasiones sigue siendo la mujer la que solicita más permisos o incluso pide una jornada laboral de medio tiempo para hacerse cargo de responsabilidades escolares y en general de sus hijos e hijas, algo que puede afectar que sean tomadas en cuenta para oportunidades de crecimiento profesional.

Todo esto, de manera directa o indirecta, impide que las mujeres puedan disponer del tiempo suficiente para dedicarse a su formación, lo cual contribuiría a un avance en su carrera profesional.

Cómo ayudar a las mujeres a escapar del “piso pegajoso”

Estas son tres estrategias que las empresas, personas y gobiernos pueden y deben poner en práctica para eliminar paulatinamente, el “piso pegajoso” que afecta a tantas mujeres:

Reclutamiento inclusivo

Desde los procesos de reclutamiento se pueden dar conductas que alejan a las mujeres de mejores oportunidades laborales o de tener un trabajo digno.
En algunas entrevistas de trabajo, aún se realizan preguntas en torno a la maternidad, si tienen hijos/as o cuántos hijos/as se desean tener; sin embargo, este tipo de cuestionamientos solo se les realizan a las candidatas, no a los candidatos, aunque sea un mismo puesto.
Es por lo que eliminar filtros de acuerdo con la voluntad de tener hijos e hijas, la existencia de estos/as, así como entrevistas discriminatorias, permitirá que el talento femenino acceda a mejores oportunidades.

Educación desde edad temprana

El género de una persona debe dejar de ser un factor determinante para avanzar y obtener ciertos puestos de trabajo.
Si el “techo de cristal” o el “piso pegajoso” existen, es porque la cultura machista se ha desarrollado durante décadas, y es difícil generar cambios de mentalidad contundentes.
Para eliminar los conceptos asociados a brecha salarial, igualdad de género, etc., se debe reeducar a la sociedad desde temprana edad, tanto a niños como a niñas, pues de ahí vienen ciertos prejuicios e ideas preconcebidas acerca de la labor de la mujer y hasta dónde puede llegar.

Programas de apoyo y capacitación

A mayor formación, menor desigualdad. Es por eso que entre más programas de formación existan, ya sea por medio de los gobiernos, de asociaciones o dentro de las empresas, las mujeres podrán tener una ventaja competitiva y así, lograrán acceder a empleos que, en otro momento, solo se les ofrecerían a los hombres. La ventaja es que la pandemia hizo más comunes los programas de formación a distancia, por lo cual es aún más fácil ofrecer todo tipo de temáticas y hacerlos llegar a más y más mujeres.

Despegarse del “piso pegajoso” no es imposible, pero sí es imprescindible el apoyo de políticas de gobierno y el compromiso de las empresas, así como contar con más información para que las mujeres puedan tomar mejores decisiones y saber a qué pueden aspirar.

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