Día Internacional de la Mujer 2023

Adecco - Día de la mujer

Muchas personas confunden el Día Internacional de la Mujer con la celebración de pertener al género femenino. Comparten felicitaciones en redes sociales, envían flores y regalos, y aunque el gesto es positivo, la acción es incorrecta pues este día se conmemora, no se celebra. A continuación, te diremos por qué.

Un Día Histórico para las mujeres del mundo.

De acuerdo con la ONU el Día Internacional de la Mujer se conmemora el 8 de marzo debido a la revolución rusa de 1917, en el que las mujeres de ese país se manifestaron en contra de la guerra a través de una huelga pacífica y obtuvieron el derecho al voto. Quizás estés más consiente de los movimientos políticos del Partido Socialista en Estados Unidos, quienes desde 1848 se manifestaban en contra de la prohibición de las mujeres al voto.

Después de estas manifestaciones, se popularizaron varias acciones en todo el globo, donde las mujeres exigían lo mínimo: igualdad de derechos y oportunidades. Estas manifestaciones no estuvieron libres de abusos y violencia en contra de las mujeres que de viva voz exigían sus derechos básicos, acompañadas de agresiones y represalías cuyas dimensiones excedían absolutamente sus intenciones. Por estos eventos, el Día Internacional de la Mujer debe abordarse con respeto y solemnidad, pues no es un día de asueto ni de celebración. Este día nos recuerda la lucha de las mujeres por ser parte del mundo que ellas contribuyeron a crear, desde sus vientres hasta sus mentes.

El camino recorrido en México.

En México, durante el año1889 se autorizó un sistema educativo con materias comunes pero se agregaban otras específicamente dirigidas a la mujer, llamadas Labores Manuales en las que las niñas podían aspirar a convertirse en expertas amas de casa o costureras, pues eran “deberes correspondientes a su sexo”. María Petra Montoya (1859), la primera médica de México, quien luchó toda su vida contra la discriminación de género en el país, escribió al Presidente Porfirio Díaz buscando apoyo para continuar sus estudios ya que, debido a un tecnisismo en el reglamento donde solo se hablaba de “alumnos” y no de “alumnas”, pero su solicitud fue rechazada. Finalmente, el 24 de agosto de 1887, se decretó presidencialmente que las mujeres tuvieran la posibilidad de recibirse como médicas, convirtiéndose en la primera médica de nuestro país.

En México la educación estaba condicionada dependiendo de los roles de género, y aunque en el siglo XIX el 99% de la población era analfabeta y comenzaban los primeros indicios de la educación elemental, siempre eran separados por sexo. En 1975 el Secretario de Justicia y Educación Pública, José Díaz Covarrubias publica su libro La instrucción pública en México, donde exponía preocupantes hechos de desigualdad de género en la educación del país.

El camino que aún nos queda por recorrer en materia de igualdad de género.

En realidad, los hechos anteriormente descritos, no sucedieron hace mucho tiempo, escasos 48 años han transcurrido desde la mención de un sistema educativo básico antidiscriminatorio. Lanzamos una encuesta en la que participaron 78% de mujeres y 22% hombres, donde nos dicen que aún hoy, el 50% de las posiciones directivas de sus lugares de trabajo no son ocupadas por mujeres, y donde las responsabilidades del hogar influyen en el acceso a la capacitación, formación y/o desarrollo en un 58%. El Conapred anunció que “se han registrado 8,113 quejas y reclamaciones […], de las cuales se ha identificado que las tres principales causas de discriminación en una década han sido por discapacidad, con 1,778; condición de salud, 1,358; y apariencia física, 988.” (El Economista).

El Techo de Cristal.

En México la Ley federal para prevenir y eliminar la discriminación se encuentra vigente desde el 2003, pero es evidente que estos esfuerzos no han sido del todo asimilados por la sociedad pues la brecha salarial se mantiene en una diferencia del 14% entre hombres y mujeres de acuerdo al Gobierno de México. La discriminación de género se asocia con el derecho a ser madre, a tener una familia o a las asociaciones inverosímiles a las que se somete al género femenino.

Esta discriminación toma forma en un discurso de Marilyn Loden (1978) con la expresión “techo de cristal” también conocida como “techo de hierro”, en el que los sistemas aparentan ser accesibles por igual, pero en realidad hay barreras invisibles que limitan el desarrollo pleno de las mujeres. Este fenómeno repercute psicológicamente en las mujeres con problemas mentales como trastorno de ansiedad generalizada o social o el síndrome del impostor.

Acciones para un futuro con igualdad de género.

De acuerdo con una encuesta del INEGI, 70% de las mujeres experimenta discriminación de género desde sus 15 años de edad, y 27.9% ha experimentado violencia laboral.

Como mujeres, es indispensable denunciar faltas contra el género para poder continuar luchando contra las barreras de los sistemas que las oprimen. En el ámbito laboral, es deber como mujeres mantenerse informadas de las políticas y acciones de las empresas en pos de la igualdad de género.

Se deben exigir los derechos y no tomarlos como algo por sentado, recordando la historia de aquellas mujeres que lucharon para que el derecho a la salud, la educación y el trabajo sean una realidad hoy, y para el futuro de las generaciones por venir. Proponer soluciones o iniciativas en nuestros lugares de trabajo puede ser lo que marque la diferencia para bien y ocasione eco en los cimientos de nuestras organizaciones.

Reflexiona sobre qué puedes hacer en tu cotidianeidad, en el hogar y en el trabajo; para que esta situación siga evolucionando. Te invitamos a conmemorar el 8M con respeto, buscando convertirte en una persona aliada a la lucha de la igualdad y equidad de los derechos laborales más básicos de las mujeres.

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