En el trabajo, en una reunión administrativa, y hasta en el proceso de inducción esquivar las preguntas sobre la vida personal puede ser la solución más cómoda para muchas personas de la comunidad LGBTTTIQA+ pues nuestra sociedad es heteronormativa. No solo puede resultar delicado adentrarse en temas personales si no que de acuerdo con este documento de la Comisión de los Derechos Humanos de la Ciudad de México (antes del Distrito Federal) manifestar orientación sexual distinta a la heterosexual conlleva a una discriminación sistémica.
A pesar del camino recorrido, a muchas personas les preocupa manifestar abiertamente su sexualidad pues al revelarla, pueden sufrir consecuencias que trunquen su desarrollo y desempeño profesional. Esto les hace sentirse con una falsa seguridad al ocultarse, pero con el constante miedo y preocupación de que les descubran. Susan Booth, la Ex Comisionada Anti-Discriminación de Queensland, Australia pregunta en el documento de la PLAG+ (Padres, familias y amigos de lesbianas y gays en español) Abordando la homofobia en el trabajo “¿Te imaginas si al hablar de tu pareja, te expusieras al ridículo, intimidación, discriminación o amenaza constante? ¿Y si la mención de tu pareja puede significar la pérdida de tu trabajo?”. Esta es una de las razones por las que las personas de la comunidad LGBTTTIQA+ recurren a enmascarar su verdadera orientación, lo que supone una inversión significativa de energía y concentración.
Como empresas, ¿qué podemos hacer para que nuestra fuerza laboral se sienta segura, cómoda y con la libertad de desarrollarse plenamente?
La empatía es crucial para combatir la homofobia
Cualquier empresa puede comprometerse a apoyar a sus empleadas y empleados, creando empoderamiento a través de la educación, equidad, inclusión y diversidad. Con el equilibrio perfecto entre señales sutiles y audaces declaraciones, la normatividad de las empresas puede contribuir a reforzar un ambiente amigable, acogedor y seguro para todas las personas trabajadoras, impregnando de empatía y alianzas a toda la compañía. La PLAG+ nos asegura que la discriminación contra las personas no heterosexuales supone muchos problemas para cualquier compañía, pues no solo entorpece y encarece la calidad del ambiente laboral, sino que supone pérdidas de dinero y staff.
Un liderazgo responsable contribuirá a inclinar la balanza hacia el correcto funcionamiento de la empresa, asegurando una mente abierta y no tolerante ante la discriminación. Las bromas en los lugares de trabajo deben ser tomadas como lo que son: acoso y discriminación laboral, que además de incómoda, es ilegal en México. Las soluciones son sencillas y suponen resultados positivos que no deben ignorarse.
La educación es indispensable para luchar contra la discriminación e impulsar un ambiente inclusivo y seguro para que las personas empleadas puedan ser ellas mismas, y no recurran a ocultarse o enmascarar su verdadera personalidad. De acuerdo con la OIT, que las personas se vean obligadas a ocultar su identidad es un acto de violencia ante su persona.
El CNDH afirma que “En México se observan prácticas discriminatorias en todos los niveles contratación, ascenso, prestaciones y permanencia, con consecuencias graves para el crecimiento de las personas y del Estado.“, y nos exhorta a crear un impacto positivo y practicar la inclusión, pues esto es una situación que no puede esperar más.
¿Qué podemos hacer para remediar esta situación?
Además de realizar procesos de contratación cuyo enfoque se concentre en las aptitudes y no en la orientación sexual, expresión y/o identidad de género, necesitamos personas aliadas con la equidad e inclusión. A través de reforzar las políticas y normas en las empresas, así como administrar las penalizaciones pertinentes de acuerdo con la discriminación ejercida, las empresas pueden crear espacios amigables para las personas de la comunidad LGBTTTIQA+. Celebrando el mes del Orgullo, permitiéndoles compartir sus experiencias y crear espacios de escucha e interacción puede resultar educativo y beneficioso para aquellas personas que no son parte de la comunidad y que, por lo tanto, no están conscientes de sus privilegios al vivir en una sociedad heteronormada.
De acuerdo con cifras del INEGI, 5 millones de personas se autoidentifican como parte de la comunidad LGBTTTIQA+ y al menos 28.1% de la población ha recibido un trato desigual en el trabajo, esto significa que la frecuencia en que la población LGBTI+ es discriminada es del doble que el de la población heteronormada (2021).
Aunque el cambio no sucede de la noche a la mañana, dar pasos hacia la inclusión enviará el mensaje correcto para contribuir a solucionar la discriminación sistemática en el trabajo de la comunidad LGBTTIQA+, creando espacios educados y sobre todo seguros donde puedan existir y crecer.