A pesar de que existen señales que muestran que el mundo entero está cada vez más cerca de salir de la situación pandémica causada por el Covid-19, uno de los recordatorios más palpables y al mismo tiempo más olvidado que nos ha dejado esta situación a lo largo de estos dos últimos años, es que el futuro es incierto e impredecible.
Esta afirmación aplica no solo para la vida diaria del ser humano, también se extiende al ámbito profesional, en donde se ha visto que los cambios han tenido un gran impacto, no solo en la forma de relacionarse dentro del espacio laboral, sino en la forma de aprender y acceder a las oportunidades de empleo que también han sufrido un ajuste en cuanto a los perfiles, las habilidades y los conocimientos requeridos para los puestos ofertados.
De acuerdo con un estudio reciente de Grupo Adecco sobre la generación Z, se espera que para el 2030 la población nacida entre mediados de los 90 y principios de la década de 2000 (generación Z) constituyan un tercio de nuestra fuerza laboral a nivel global. Y solo 10 años más tarde, es decir para el 2040, dicha generación ocupará posiciones de liderazgo influyentes en organizaciones líderes en todo el mundo.
Las personas de dicha generación, a menudo se caracteriza como “personas líderes” y como “población nativa digital”, que ante un momento tan crítico para su vida laboral, como lo fue la aparición del Covid-19, se han adaptado rápidamente a un nuevo mundo profesional, más digital, en donde se requiere de habilidades diferentes. En este aspecto, la Generación Z es experta en pensar de forma crítica y usar esta habilidad para resolver problemas de manera efectiva, lo que se ha vuelto aún más valioso en este panorama de trabajo cada vez más incierto.
Últimamente hemos visto que las organizaciones se han vuelto más selectivas a la hora de contratar debido a la pandemia. Sin embargo, en Adecco Group consideramos que es el momento para que las organizaciones inviertan en el desarrollo de la generación Z con el fin de beneficiarse de un amplio grupo de valiosos talentos, sobre todo ahora que estamos moviéndonos a un entorno de trabajo híbrido o totalmente remoto.
Cabe destacar que esta generación no es reconocida por su resiliencia, por lo que existe el riesgo de que sin apoyo, la Generación Z sea particularmente vulnerable a los sentimientos de aislamiento cuando se trabaja virtualmente, lo cual es un riesgo importante de agotamiento y desgaste mental para los talentos jóvenes de las organizaciones. Esto implica, que como organizaciones debemos hacer un alto en el camino y considerar qué habilidades y comportamientos se han visto afectados durante la pandemia y al mismo tiempo buscar programas de capacitación que ayuden a impulsar esas fortalezas clave que son vitales para afrontar el futuro laboral que está por venir.
Es momento que las empresas apostemos por la capacitación de nuestros equipos de trabajo, sobre todo en el fortalecimiento de habilidades blandas como el trabajo en equipo, la autogestión, el manejo de la frustración y tolerancia. Aun cuando regresemos a un modelo de trabajo híbrido, que en teoría nos ayudaría a mantener un cierto acercamiento humano y control de actividades dentro de un mismo espacio laboral, es indispensable que las nuevas generaciones desarrollen nuevas habilidades que les permitan afrontar los cambios que se seguirán dando en el ambiente profesional. No debemos olvidar que la digitalización de procesos y en general el impacto del internet de las cosas en el mundo profesional generará cambios constantes y a una mayor velocidad a lo que estábamos acostumbrados en otros tiempos.
Los departamentos de Recursos Humanos volverán a tomar un papel importantes, no solo en la adquisición de nuevos talentos, sino ahora desde el punto de vista del desarrollo del talento interno.